Aluminosis actualmente un problema judicial y socioeconómico

Ester Pallisa Gabriel

l

30/11/2015

De la aluminosis, técnicamente no hay de qué preocuparse

Cuando se inventó el hormigón armado, se unieron dos materiales que funcionaban a la perfección en compañía uno del otro. El acero, con su ph ácido a la intemperie, se oxida con el oxígeno presente en el aire, y por otros agentes ambientales, que con el paso del tiempo aumenta de volumen, se va laminando, hasta perder material y romper. El hormigón, hace posible que este acero sea mucho mas durable en el tiempo porque lo protege cubriéndolo, y por su elevado ph (alcalinidad) que compensa su acidez. Lo que ocurrió en España hacia los años 50-70, fue que la gran demanda de inmuebles requería un método de construcción más rápido para evitar esperas de fraguado (secado de hormigón), hecho que consiguieron mediante este aditivo más caro que el habitual. El hundimiento de un bloque de pisos en el año 1990 sito en el Turó de la Peira, alertó de una patología de la que algunos ya tenían constancia, y que se describía como «el hormigón que se deshace como un terrón de azúcar», llamada por los medios «aluminosis«. Para que ello tenga lugar, deben ocurrir 3 procesos. El primero la conversión del hormigón, donde cierto elemento inestable tarda unos años en estabilizarse y adquirir una forma cristalina estable, perdiendo resistencia y aumentando porosidad (huecos por donde filtrar aire/agua). Un segundo paso es la carbonatación, que también ocurre en el cemento portland (habitual), en este caso provoca la disminución de su alcalinidad (baja su ph), que como se ha comentado antes forma parte de la protección del acero. Por último, tenía lugar lo que se llama «hidrólisis alcalina», que se trata de una carbonatación con presencia de álcalis y humedad. A día de hoy, ya han tenido lugar las diferentes conversiones y carbonataciones, por lo que la temida aluminosis ya no podemos encontrarla como se conoce. Lo único que debe «preocupar» es la presencia de humedad que pueda llegar a oxidar el acero interior, pero al igual que ocurre con las vigas de acero, o la pudrición en las de madera. Así pues, actualmente disponer de una vivienda que disponga de viguetas con cemento aluminoso(aluminosis) no es motivo para considerarla inhabitable, depreciar su valor, etc. No obstante, existe un cierto «temor», debido a la ignorancia, que provoca que gente no quiera adquirir viviendas con este material, por ello existen vendedores que ocultan este hecho para evitar discusiones o la disminución de su valor, y que ello conlleva a denuncias posteriores para determinar si la venta es adecuada por ocultar dicha aluminosis. Es cierto que existen sentencias que los tratan como vicio oculto, grave, desconocido, e irreconocible para el comprador que requiere de cuantiosas y periódicas reparaciones…llegando a la conclusión de que no es posible utilizarla con normalidad. Con este artículo pretendo dar a conocer que las viviendas edificadas entre 1950-1970 con presencia de cemento aluminoso (aluminosis), es tan válido como otro cualquiera, y que en presencia de humedad es posible subsanar con rehabilitaciones oportunas, al igual que ocurriría con otros tipos de viguetas.

Quizás te interesa leer…