¿No irás a meter los plátanos en la bolsa de plástico, verdad? me dijo una amiga, cuando casualmente entramos a comprar juntas un par de cosas.
Y en ese preciso momento, mi mundo se paralizó como si de una película se tratara. Ahí estaba yo, mirando en una mano los plátanos y en la otra, adivinad…claro! la bolsa de plástico…mientras me repetía interiormente ¿porqué estoy haciendo esto?
Es como cuando de repente, te fijas en tu respiración, y no sabes como cuánto hay que inspirar y expirar… era un automatismo! Un hábito, sin más. Es lo que había visto, lo que me parecía normal.
Poniendo en play la película, mi amiga seguía hablando, diciendo » el plátano ya tiene cáscara, que necesariamente le quitarás para comerte ¡Solo tienes que pegar la etiqueta en uno de ellos, y ahorrarás una bolsa de plástico!»Pues sí amiga, ¡Tienes toda la razón! Se lo iba a poner, y no lo haré más… me he portado mal!
Ese fue el punto de inflexión en mis actos. Entones, empecé a plantearme e informarme de todo el plástico que consumo, consumimos, y de todo lo que hago por costumbre absurda. Poco a poco avanzo, ya os explicaré en otros artículos.
Soy milenial, y lo de llevar el cesto de la compra o la botella de vidrio para rellenar la leche, no lo he vivido, lo máximo fue ver la bolsa de tela para comprar el pan, detrás de la puerta de la cocina de mi yaya… y ni a ella se lo vi usar.
No podemos negar, que el plástico es un inventazo… pero estamos haciendo un sobre abuso indebido, bolsas con unos minutos de uso, que tardan años en descomponerse, que llena nuestros océanos de plástico, podéis ver fotos por la red.
Y tú, ¿Eres de l@s que ponen los plátanos en bolsa de plástico?