JUICIO – experiencia de mi primer juicio de perito

Ester Pallisa Gabriel

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29/05/2015

JUICIO – experiencia de mi primer juicio de perito

Recordando mi primer juicio …  «me personé en la puerta de la sala de vistas, y presenté mis credenciales a una auxiliar que solicitaba la documentación de los intervinientes de forma muy fría. Al cabo de un rato, hizo pasar a los letrados y ambas partes, quedando sola en el espacio previo con sillas, angustiada por el miedo a no saber responder a las preguntas que me hiciesen, hasta que llegó el momento, y salió de nuevo la señorita diciendo «Ester Pallisa» haciendo un gesto con el brazo para que pasara.

Tras cruzar la puerta, un pasillo corto, con sillas a ambos lados donde se sentaban las partes (demandante y demandado), y al final un micrófono. Mientras llegaba al micrófono haciéndose el pasillo cada vez más largo, observé a letrados procuradores y juez con su toga, sentados en forma de «U» sobre una tarima, todos observando mi entrada, momento imponente sin duda.

Tras unos «buenos días», el Juez menciona una frase rápidamente en la que te preguntan si eres conocedor de las obligaciones del perito, si jura o promete decir verdad, así como si se tiene interés por alguna de las partes, y tras mostrarte el informe te preguntan si «se ratifica usted en su informe».

No recuerdo ni el tema, ni las preguntas, solo sé que al salir,  me notaba la cara colorada.»

Tras decenas de juicios, el tema se ve con perspectiva, vas aprendiendo que los letrados y jueces son personas a pié, por mucha tarima y toga, las cuales desconocen tu ámbito profesional y que por ello te piden explicaciones, como si se tratara de un amigo o familiar. Las dudas de sí sabré contestar a las preguntas siempre están, pero es que en ocasiones hay cosas que no es posible saber sin previo estudio, o que si no te lo solicitaban en el informe, puedes no haberte fijado, así que he dejado de tener miedo a decir que «no era objeto del peritaje» o, «sería necesario analizarlo con detenimiento».

No obstante, en ocasiones nos encontramos con abogados, que intentando preguntar de 10 maneras diferentes lo mismo buscando una respuesta que les beneficie, puede resultar agotador, suerte que algunos jueces frenan las preguntas impertinentes.

Si bien es cierto, los letrados defienden a sus clientes a capa y espada,  y si para ello, deben desprestigiar al perito de la parte contraria, mueven viento y marea, por lo que se convierte en una ardua tarea la labor del perito en algunos juicios, mantener la frialdad, y compostura mientras intentan desacreditarte y desprestigiarte como profesional, tras carrera, máster y casi 10 años de experiencia en peritajes. Conozco algunos profesionales que no se dedican únicamente a ser Peritos, sino que intentaron compaginarlo con su profesión, y lo han dejado al primer juicio.

Actualmente no se me hace largo el pasillo, ni tengo miedo a no saber las respuestas, ni me imponen las togas, pero sigo saliendo con la cara colorada por muy bien que vaya el juicio.

 

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